Vol. XXVIII Octobre-Décembre 1926 N° 4
ORIGËN DE LOS ÏÏMINOS MOZARABES 1
Conclusion.
La principal que podemos sacar de este largo anâlisis es: que nuestro .Hinanario.no se ha formado repentinamente ni adquirido como por encanto su plena perfecciôn, sino que en él han trabajado muclias manos y muchos siglos. Las piezas mas antïguas que en él encontramos se remonlan hasta el siglo v, y nos hemos encontrado con otras que no son anlel'iôr'es al x y al xi. Muchos de esos himnos no son nuestros; hay muchos de autores franceses, alemanes y sobre todo italianQs ; hay cuatro que se atribuyeri a San Iiilario de Poitiers; otfos cuatro de Ennodio de Pavia ; cinco de Sedulio ; unos quince de San Ambrosio; cerca de treinta, ambrosianos, uno tal A'ez de San Dâmaso, y dos de Venancio Fortunalo. ïodos estos himnos o casi todos habian pasado ya los Pirineos en el siglo vu. Después de la invasion agarena se advierte todavia alguna influencia exterior, reducida casi enteramente al territorio cristiano. De los ocho o diez himnos de los cuales podemos asegurar que penetraron después del ano 7Ô0, solo très encontramos en el himnario toledano, y aû-n tenemos razones para sospechar que esos himnos, nacidos en Espana, l'ueron después adoptados por la Iglesia universal. Es un fenômeno muy facil de comprender : las relaciones entre los paises cristianos y la Espaûa arabe eran muy dificultosas, y
1. Véase Bull. Uisp., t. XXV111, n' 1, p. 5; n* 2, p. 113; n°3, p. 20g.
Bull, hispan. 20